A Einstein se le vio abrazarse a un protón momentos antes de perecer. ¿Es eso morir solo. Homero sentía vértigo al asomarse a unos ojos abiertos por miedo a caerse en ellos indefinidamente. Zapata calzaba cuencos en la intimidad.
A Calígula le rompieron de pequeño el corazón, con martillos. ¿Por qué tanta soledad? Beethoven le hablaba a las perchas. Mozart le hablaba a Beethoven, pero nunca le contó que tenía caspa en las axilas.
Neil Armstrong era un reflejo que el verdadero Neil Armstrong dejó abandonado en un espejo minutos después de cumplir los quince. ¿Quién pisaba la luna ese día? Atila se estremecía al sabor del perejil. Julio Verne se hurgaba la nariz con el lápiz. Sócrates permanecía en gerundio varias horas seguidas antes de salir de casa. Adán teñía sus canas.
Jesucristo mintió cuando le preguntaron si era su turno en la cola de la verdulería. Nietzsche contaba segundos. Descartes padecía halitosis. ¿Quién llegó a conocer a quien Cervantes se escribía a sí mismo en la escarcha de los arboles. Newton le quitaba el verde esperanza a la piel de las manzanas antes de comérselas y lo guardaba en botes de conserva. Hitler roncaba. ¿Quién no se ha sentido solo alguna vez?
John Dreyfus Miller, un hombre anónimo, dejó escrito en su testamento que él nunca se había sentido solo en toda su vida… pero al final resultó ser una broma de mal gusto.
[imposiblenoexisto]