Está de siesta a la sombra de un bonsai. Se levanta y hace un agujero en la capa de ozono. Cae desplomada por un golpe y se cuela por una abertura en un campo de golf. En el último momento consigue agarrarse al aro del planeta Júpiter, pero entonces una motita de polvo intergaláctico choca contra su cuerpo y lo esparce en mil pedazos.
El más grande se filtra por uno de los poros del ala de un mosquito. Desde allí abre los ojos para ver donde está y se ilumina la galaxia, pero un ácaro se los come y todo vuelve a quedar a oscuras. Crece un centímetro y se estampa contra los límites del espacio existente -el universo está a punto de reventar- pero entonces tropieza con un átomo y se queda acurrucada en la partícula más pequeña del vacío. Protagonista de la historia: mi autoestima.
[imposiblenoexisto]